Tratamientos fitosanitarios: los drones como aliados en la protección de cultivos
Los tratamientos fitosanitarios con drones se han consolidado en 2025 como una de las herramientas más innovadoras y eficaces para la protección de cultivos. Lo que hace apenas unos años parecía una tecnología experimental hoy es una realidad regulada, con empresas y agricultores que han incorporado estas soluciones a sus rutinas de trabajo diario. Gracias a la capacidad de los drones para aplicar productos con gran precisión, es posible mejorar la eficacia de los tratamientos, reducir costes y minimizar el impacto ambiental en comparación con la maquinaria tradicional.
Los beneficios no se limitan al ahorro de tiempo o producto: la aplicación aérea mediante drones agrícolas permite llegar a zonas de difícil acceso, tratar parcelas con pendientes, mosaicos de cultivos o terrenos donde la maquinaria terrestre resulta poco viable. Además, la tecnología actual de sensores, mapas digitales y sistemas de vuelo automático asegura una distribución uniforme del producto, lo que se traduce en cultivos más sanos y sostenibles.
Fumigación vs pulverización
Este avance supone una auténtica revolución frente a los métodos convencionales. Mientras que la fumigación se refiere al uso de gases, habitualmente asociados a un mayor riesgo de deriva, la tecnología de BENIU se centra en la pulverización localizada, aplicando el producto en forma de microgotas directamente sobre el cultivo de manera precisa y controlada. Esta diferencia, aunque pueda parecer sutil, resulta esencial: hablamos de un sistema que combina eficacia en el tratamiento con un uso más seguro y sostenible de los productos fitosanitarios. Para profundizar en esta distinción, puedes consultar nuestro artículo sobre fumigación vs pulverización, donde explicamos cómo estas técnicas han evolucionado hacia modelos más seguros y responsables.
En este contexto, 2025 marca un punto de madurez: existe un marco normativo claro en España y Europa que regula el uso de drones para aplicaciones fitosanitarias, y empresas pioneras como nosotros se han posicionado a la vanguardia ofreciendo soluciones homologadas, seguras y adaptadas a las necesidades del sector agrícola.
Marco normativo actual en España para tratamientos fitosanitarios con drones
El marco legal que regula los tratamientos fitosanitarios con drones en España se apoya en dos pilares fundamentales: el ámbito aeronáutico, que vela por la seguridad de las operaciones en el espacio aéreo, y el ámbito fitosanitario, que garantiza un uso responsable de los productos y equipos. Cumplir ambos es imprescindible para que los tratamientos sean legales, seguros y sostenibles.
Ámbito aeronáutico
En materia de operaciones aéreas, en Europa, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) regula las operaciones con drones a través de los Reglamentos (UE) 2019/947 y 2019/945. Estos establecen tres categorías de operación con drones (abierta, específica y certificada), los requisitos de los pilotos y las condiciones técnicas que deben cumplir las aeronaves.En la práctica, los tratamientos fitosanitarios con drones se realizan en la categoría específica, ya que superan las limitaciones de la categoría abierta y conllevan un riesgo añadido al combinar el vuelo con la dispersión de productos químicos
En España, la autoridad competente es la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que ha adaptado la normativa europea mediante el Real Decreto 517/2024. Este decreto concreta cuestiones clave:
- Zonas geográficas de vuelo: limitaciones en áreas urbanas, zonas sensibles o próximas a aeródromos.
- Procedimientos de autorización: presentación de un estudio de seguridad SORA o acogerse al escenario estándar PDRA-01 para simplificar el trámite en determinados casos.
- Requisitos de los operadores: acreditación como empresa habilitada, registro de drones en AESA, manual de operaciones actualizado.
Además, la normativa aeronáutica exige para una empresa que realiza tratamientos fitosanitarios con drones:
- Registros detallados de vuelos y mantenimiento de equipos.
- Coordinación con otras autoridades cuando el vuelo afecte a infraestructuras críticas o espacios protegidos.
- Disponer de un seguro de responsabilidad civil aeronáutico, que cubra posibles daños materiales o personales causados por el dron.
El cumplimiento aeronáutico garantiza que la operación se realice en condiciones seguras para el espacio aéreo y para las personas en tierra.
Ámbito fitosanitario
En paralelo al marco aeronáutico, el ámbito fitosanitario regula cómo deben utilizarse los productos y qué requisitos deben cumplir las empresas que aplican tratamientos con drones. El pilar normativo es el Real Decreto 1311/2012, que establece la base para el uso sostenible de productos fitosanitarios en España. En él se indica que los tratamientos aéreos (incluidos los realizados con drones) están prohibidos salvo que exista autorización expresa de la Comunidad Autónoma correspondiente. Esto significa que cada operación debe contar con un permiso específico, y que la supervisión es muy estricta.
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Registros obligatorios:
Las empresas que aplican fitosanitarios con drones deben figurar en el ROPO (Registro Oficial de Productores y Operadores de medios de defensa fitosanitaria) como entidades autorizadas para realizar aplicaciones. Este registro acredita que cuentan con la formación, la estructura y los protocolos necesarios para trabajar con productos de este tipo.
Además, cada dron agrícola debe inscribirse en el REGANIP (Registro de Maquinaria Agrícola) como si se tratara de un equipo de aplicación convencional. En la inscripción se deben detallar aspectos técnicos como el modelo, la capacidad del depósito y el sistema de pulverización o dispersión, garantizando así que la administración tenga un control sobre qué equipos se utilizan en campo.
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Pilotos y personal:
El personal que opera los drones no puede ser cualquiera. El piloto debe disponer del carné de aplicador fitosanitario nivel cualificado (nivel piloto), lo que asegura que conoce en profundidad los riesgos y técnicas de aplicación de productos químicos. Además, la normativa exige la presencia de un auxiliar que cuente como mínimo con el carné básico de aplicador fitosanitario. Esta doble exigencia responde a una lógica de seguridad: nunca se realiza un tratamiento con un único responsable, sino que debe haber un equipo formado para prevenir errores y garantizar el cumplimiento de la normativa.
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Productos autorizados:
Otro aspecto fundamental es que no todos los productos pueden aplicarse con drones. El MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) mantiene un listado de fitosanitarios autorizados para aplicación aérea. El etiquetado de cada producto debe especificar claramente que está permitido su uso mediante pulverización aérea. Esta limitación busca proteger la salud de los consumidores, del propio aplicador y del medio ambiente, asegurando que solo se usen sustancias evaluadas para este tipo de aplicación.
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Equipos de aplicación:
Los drones agrícolas, al ser considerados equipos de aplicación de fitosanitarios, están sujetos a inspecciones periódicas ITEAF (Inspección Técnica de Equipos de Aplicación de Fitosanitarios), reguladas por el RD 1702/2011. Aunque todavía no existe una normativa técnica específica para drones, se les aplica el mismo marco de control que al resto de maquinaria agrícola. Este proceso de inspección garantiza que las boquillas, depósitos y sistemas de pulverización funcionen correctamente, evitando riesgos por mal funcionamiento o dosificación incorrecta.
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Seguro fitosanitario:
La empresa operadora debe contar con un seguro de responsabilidad civil específico para riesgos fitosanitarios, que se suma al seguro aeronáutico exigido por AESA. Esta póliza adicional cubre los posibles daños derivados de la manipulación y aplicación de productos químicos, como contaminación accidental o daños en cultivos colindantes. Es una capa de seguridad legal y económica que protege tanto a la empresa como a los agricultores y al entorno.
Normativa aeronáutica y normativa fitosanitaria con drones
El marco normativo vigente obliga a las empresas a cumplir dos ámbitos complementarios y no excluyentes:
- La normativa aeronáutica (EASA + AESA, RD 517/2024), egula la seguridad de la operación aérea, estableciendo autorizaciones, requisitos de vuelo y seguros necesarios para operar drones en condiciones seguras.
- La normativa fitosanitaria (MAPA + CCAA, ROPO + REGANIP, RD 1311/2012),determina qué productos pueden aplicarse, con qué equipos y qué formación y registros deben cumplir las empresas y los pilotos.
Solo integrando ambos requisitos se puede garantizar que los tratamientos fitosanitarios con drones sean legales, eficaces y sostenibles, minimizando riesgos para la salud humana, los cultivos y el medio ambiente. Ofreciendo seguridad jurídica tanto a las empresas como a los agricultores que contratan estos servicios.
BENIU: pioneros en tratamientos fitosanitarios con drones en España
Nos hemos posicionado como una de las primeras empresas en España oficialmente autorizadas por AESA para realizar tratamientos fitosanitarios con drones. Este reconocimiento no es casualidad: es el resultado de un trabajo constante en innovación tecnológica, formación de pilotos y cumplimiento riguroso de la normativa. Ser pioneros en este ámbito significa que BENIU ha abierto camino en un sector todavía joven, demostrando que la aplicación aérea con drones puede ser segura, eficaz y respetuosa con el medio ambiente.
BENIU no se limita a ejecutar los tratamientos, sino que también documenta sus resultados para ponerlos a disposición de agricultores, técnicos y administraciones. Esta apuesta por la transparencia y la difusión técnica es una muestra más del compromiso que tenemos con la innovación y la divulgación responsable.
La experiencia acumulada y el aval institucional nos permite ofrecer servicios con todas las garantías técnicas y legales, situándola como un referente nacional en agricultura de precisión. Puedes conocer más sobre los proyectos realizados en nuestra web y explorar los proyectos reales que hemos llevado a cabo.
Experiencia en tres comunidades autónomas
Uno de nuestros grandes valores diferenciales es la presencia en distintas regiones de España, donde se ha trabajado con cultivos y plagas muy diferentes, adaptando cada tratamiento a las necesidades locales:
- Valencia: levamos a cabo un tratamiento contra la Ceratitis capitata (mosca de la fruta), una de las plagas más dañinas para los cítricos. Se aplicó Spintor Cebo, un producto autorizado para uso aéreo que permite controlar la plaga reduciendo la cantidad total de fitosanitario empleado. Este tipo de intervenciones ha resultado clave para proteger uno de los sectores más representativos de la agricultura valenciana.
- Extremadura: en los arrozales, aplicando tratamientos contra la pudenta del arroz utilizando Sadritina, un producto compatible con drones y altamente eficaz en la protección de este cultivo. La precisión del dron permitió cubrir grandes superficies de manera homogénea, optimizando el uso del producto y reduciendo el riesgo de impacto ambiental.
- Galicia: en masas forestales se trabajó contra la Lymantria dispar (lagarta peluda), una plaga que provoca graves en masas forestales. En este caso se utilizó Bacillus thuringiensis, un bioinsecticida de origen natural. Este tratamiento no solo fue efectivo en el control de la plaga, sino que además se alinea con los principios de gestión sostenible de ecosistemas forestales.
Para reforzar la autoridad técnica de estos proyectos, es recomendable mostrar mapas de las zonas tratadas, imágenes de los drones en acción o tablas comparativas con datos de cultivos, plagas y productos empleados. Estos recursos visuales facilitan la comprensión y aportan transparencia al trabajo realizado.
Mejores prácticas para aplicar tratamientos fitosanitarios con drones
El éxito de los tratamientos fitosanitarios con drones no depende únicamente de la tecnología de vuelo. Para garantizar eficacia, seguridad y sostenibilidad es fundamental aplicar una serie de buenas prácticas que abarcan desde la selección del producto hasta la monitorización de cada intervención.
Selección del producto adecuado
No todos los fitosanitarios son compatibles con la pulverización mediante drones. Es imprescindible elegir productos que estén autorizados para aplicación aérea por el MAPA y que cuenten con una formulación apta para sistemas ULV (Ultra Low Volume).
- Los productos en formulación concentrada, diseñados para atomización fina, permiten que el dron realice aplicaciones homogéneas con un menor volumen de caldo.
- Además, deben evitarse sustancias con alta densidad o que generen obstrucciones en las boquillas, ya que podrían comprometer tanto la eficacia del tratamiento como la seguridad del equipo.
La correcta selección del producto asegura no solo el control de la plaga, sino también la reducción de residuos y la optimización de cada vuelo.
Planificación del vuelo y calibración
Una de las claves de la aplicación aérea es la planificación precisa del vuelo. Antes de cada tratamiento se debe definir:
- Altura de vuelo: normalmente entre 2 y 4 metros sobre el cultivo, dependiendo del tipo de planta y del producto.
- Velocidad del dron: ajustada para garantizar la cobertura homogénea; un exceso de velocidad puede dejar zonas sin tratar.
- Dosis: calibrar correctamente el caudal y las boquillas es esencial para aplicar la cantidad justa de producto sin derroches ni riesgos de toxicidad.
A esto se suman medidas para evitar la deriva: volar en condiciones de viento controladas, respetar distancias de seguridad con cursos de agua o colmenares y utilizar boquillas que reduzcan la atomización excesiva. De esta manera, se protege el entorno y se cumplen los estándares de sostenibilidad exigidos por la normativa.
Seguridad y sostenibilidad
Los tratamientos con drones deben ejecutarse bajo protocolos claros de seguridad que protejan tanto a los trabajadores como a terceros:
- Establecer perímetros de seguridad durante el vuelo.
- Equipar a los operarios con EPIs adecuados (guantes, mascarillas, gafas protectoras).
- Señalizar las áreas tratadas para evitar riesgos de exposición accidental.
En el plano ambiental, la aplicación localizada con drones reduce notablemente el impacto: se emplean menores volúmenes de agua, se disminuye la cantidad total de fitosanitario y se evita el pisoteo de cultivos o compactación del suelo que genera la maquinaria pesada. Esto convierte al dron en una herramienta alineada con los principios de la agricultura sostenible y de precisión.
Monitorización y trazabilidad
Cada tratamiento realizado con drones puede documentarse de forma detallada gracias a las herramientas de cartografía digital y registro de datos.
- Los drones registran mapas de vuelo, áreas tratadas y volúmenes aplicados.
- Esta información se integra en sistemas de gestión agrícola, lo que permite garantizar la trazabilidad y demostrar ante las administraciones el cumplimiento de la normativa.
- Además, los datos históricos facilitan la monitorización a largo plazo, ayudando a los técnicos a evaluar la eficacia del tratamiento y a planificar futuras intervenciones con mayor precisión.
En definitiva, la aplicación de estas buenas prácticas convierte al dron en algo más que una herramienta de fumigación: se transforma en un sistema integral de gestión de tratamientos, capaz de aportar valor técnico, económico y ambiental a la explotación agrícola.
Ventajas competitivas de BENIU frente a métodos tradicionales
La introducción de los drones agrícolas en los tratamientos fitosanitarios ha supuesto un salto cualitativo en la forma de gestionar los cultivos. En comparación con los métodos tradicionales como atomizadores terrestres, equipos de mochila, avionetas o helicópteros, la tecnología de BENIU aporta una serie de ventajas competitivas claras que responden a las demandas actuales de eficiencia, sostenibilidad y seguridad.
Ahorro de tiempo y producto
Uno de los factores más valorados por agricultores y técnicos es el ahorro de recursos. Los drones permiten realizar un tratamiento en minutos sobre superficies donde un tractor necesitaría horas. La planificación digital de rutas garantiza que no se solapen pasadas ni se dejen zonas sin cubrir, lo que maximiza la eficacia.
Además, la pulverización con drones utiliza técnicas de ultra bajo volumen (ULV), que requieren menos agua y menos cantidad de producto para lograr la misma o incluso mayor eficacia. Esto significa que, por cada intervención, se reducen costes en fitosanitarios, mano de obra y consumo de agua, optimizando el margen de rentabilidad de la explotación agrícola.
Cobertura de áreas difíciles
Las limitaciones de la maquinaria terrestre son bien conocidas: no puede entrar en parcelas con pendientes extremas, terrenos encharcados, cultivos jóvenes o zonas con marcos estrechos. Nuestros drones vuelan sobre el cultivo sin entrar en contacto con el suelo, lo que permite tratar áreas inaccesibles sin dañar la plantación ni compactar el terreno.
Esta capacidad se extiende a zonas forestales o de mosaico agrícola, donde la fragmentación del terreno hace poco viable la entrada de maquinaria pesada. Con los drones, garantizamos una cobertura homogénea y precisa en condiciones que antes obligaban a renunciar al tratamiento o a hacerlo con métodos poco efectivos.
Sostenibilidad y reducción de impacto ambiental
La sociedad y la normativa europea demandan cada vez más una agricultura sostenible. En este contexto, la aplicación fitosanitaria con drones aporta beneficios ambientales muy relevantes haciendo que la tecnología de BENIU no solo proteja los cultivos, sino también el entorno:
- Reducción de deriva: la pulverización dirigida y la altura controlada del vuelo limitan que el producto llegue a zonas no deseadas.
- Protección de fauna auxiliar: al reducir la dispersión, se minimiza el impacto sobre polinizadores y otros organismos beneficiosos.
- Menor huella de carbono: los drones sustituyen el uso de tractores o avionetas que consumen combustible fósil, reduciendo las emisiones.
- Uso racional de productos: al aplicar solo la dosis justa y necesaria, se contribuye a una gestión más eficiente de los fitosanitarios, alineada con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la estrategia “De la Granja a la Mesa”.
BENIU y la agricultura de precisión
La verdadera ventaja con la que contamos, radica en integrar los drones dentro de un enfoque de agricultura de precisión. Esto significa combinar vuelos automatizados, mapas digitales y datos georreferenciados para que cada tratamiento esté documentado y optimizado. El agricultor no solo recibe un servicio de aplicación, sino también información valiosa para la gestión de su explotación a medio y largo plazo.
En 2025, los tratamientos fitosanitarios con drones ya no son una promesa de futuro, sino una realidad regulada, segura y cada vez más extendida en la agricultura española. En este escenario, nos hemos consolidado como empresa pionera, al ser de las primeras en obtener autorización oficial para operar y al demostrar, con casos de éxito en distintas comunidades autónomas, que los drones son una alternativa eficaz, sostenible y competitiva frente a los métodos tradicionales.
La combinación de cumplimiento normativo, experiencia práctica y apuesta por la innovación tecnológica sitúa a BENIU como un referente para agricultores, cooperativas y administraciones que buscan soluciones modernas a los retos de la protección de cultivos.
Si quieres conocer más detalles sobre cómo los drones pueden ayudarte a optimizar tus tratamientos, reducir costes y mejorar la sostenibilidad de tu explotación, contacta con nuestro equipo y solicita información personalizada o un presupuesto adaptado a tus necesidades.




